Conoce 7 enfermedades de la piel en las que los suplementos de zinc podrían ser útiles según diferentes estudios científicos.
Se calcula de un tercio de la población mundial tiene déficit en la ingesta de zinc, fundamentalmente en países no desarrollados. El déficit de zinc se asocia a malnutrición y enfermedades que producen diarreas severas. En los países avanzados la probabilidad de tener déficit de zinc es menor y se asocia a déficit de absorción en el intestino, ingesta inadecuada, embarazo y lactancia (1).
El déficit de zinc produce enfermedades de la piel como la pelagra o la acrodermatitis enteropática. Por otra parte, en algunas enfermedades inflamatorias de la piel se ha encontrado asociado un déficit de zinc, como en la dermatitis atópica, la enfermedad de Bechet o en el liquen plano (2).
A pesar de la fuerte vinculación entre el zinc y la piel, poco se conoce de su uso como tratamiento. La búsqueda de terapias antiinflamatorias e inmunomoduladoras ha llevado a estudiar el papel de los suplementos de zinc en la piel, que es lo que vamos a revisar en este texto.
Mecanismo de acción y formas de suplementación
El zinc es un micronutriente, o elemento traza esencial, que participa en procesos enzimáticos del organismo, en estructuras de proteínas y regula la expresión de genes (3). Actúa en varios mecanismos inmunitarios del organismo, tanto en la inmunidad innata como en la adaptativa. Disminuir la actividad de los neutrófilos, los linfocitos T helper y la expresión de receptores de inflamación (Toll-Like) en los queratinocitos (2).
Con respecto a las formas de suplementación, es necesaria una ingesta regular de zinc en la dieta, dado que el cuerpo humano carece de sistemas de almacenaje. El zinc se puede suplementar vía oral tanto en forma de sulfato / citrato como en forma de gluconato. En la forma gluconato los estudios usan de 30 a 90 mg al día, y en la forma sulfato de 0,2 a 0,6 gramos diarios. Se puede suplementar tanto en pastillas, como cápsulas, gelatinas o gel (1,2).
Suplementos de zinc: 7 enfermedades en las que podrían ser útiles
1. Verrugas virales
Es la indicación más extendida en la dermatología, a pesar de su evidencia controvertida. Las verrugas virales comunes están causadas por un pequeño grupo de virus del papiloma humano y carecen de tratamiento antiviral específico. Para tratarlas se utilizan métodos destructivos como agentes queratolíticos (“antiverrugas”), crioterapia (nitrógeno líquido) o electrobisturí.
Las verrugas es la patología en la que más se ha estudiado el zinc oral y existen estudios contradictorios, algunos encuentran mejoría respecto a placebo, frente a otros que no encuentran diferencias (3). La adición de suplementos de zinc como tratamiento a las verrugas virales no tiene un soporte científico adecuado.
2. Acné
Comparado con placebo demuestra mejoría de las lesiones de acné a las 12 semanas de suplementación oral. Su eficacia es menor que la de los antibióticos. Cuando se agrega al tratamiento con vitamina A aumenta su eficacia, que es fundamentalmente, en la reducción de las lesiones inflamatorias, pápulas y pústulas. No parece tener efectos en las lesiones de acné retencional, dicho de otra forma los comedones o puntos negros.
Es de interés que el efecto secundario más común de los suplementos de zinc en pacientes sanos con acné fue la aparición de náuseas, dolor abdominal y vómitos, que en algún caso requirieron la suspensión del tratamiento (2).
3. Dermatitis atópica
En los pacientes con dermatitis atópica se han encontrado niveles bajos de zinc en sangre, en el pelo y en los glóbulos rojos. A pesar de todo, estos hallazgos corresponden a estudios en pocos pacientes y no se relacionaron con mayor severidad en la dermatitis (3).
Existen dos estudios acerca de la eficacia de añadir suplementos de zinc al tratamiento basal de los pacientes con dermatitis atópica y otro comparado con antihistamínicos orales. Se realizaron en niños. En uno de ellos no se encontraron diferencias y en otro mejoraron en la severidad y el prurito al añadir zinc oral (2,4).
4. Dermatitis del pañal
En un estudio en 179 recién nacidos se encontró que 89 de ellos que fueron suplementados con sulfato de zinc se redujo la incidencia de dermatitis del pañal (2).
5. Hidradenitis supurativa
Estudiado en tres estudios, dos de ellos sin grupo control y combinada con otros tratamientos. No se encontró mejoría en las fístulas ni en el dolor, y en los pacientes que experimentaron mejoría se apreció recaída al suspender el zinc oral. A pesar de encontrarse mejoría clínica en algunos pacientes, el estudio de marcadores de inflamación en la piel de pacientes con hidradenitis supurativa tratados con zinc incrementaron. Añadiendo dudas a esta mejoría clínica (5).
Los autores, en general, concluyen que puede ser un tratamiento a desarrollar, como una aproximación no farmacológica complementaria en esta patología en ocasiones de difícil control (6)
6. Psoriasis
Es un estudio, bastante antiguo, se encontró que los pacientes con psoriasis en placas extensas suplementados con zinc aumentaban los niveles del mismo en la piel de las placas y en sangre. A pesar de todo, no se encontró mejoría en el enrojecimiento, descamación y grosor de los pacientes que lo tomaron frente a los que no (placebo) (7).
7. Rosácea.
En un estudio en 44 pacientes se encontró una leve mejoría con tratamiento con zinc oral para la rosácea, pero ésta no fue significativa. Algunos pacientes llegaron a empeorar y sufrir síntomas gastrointestinales, lo que llevó a la finalización prematura del estudio (8).
Suplementos de zinc para tratar enfermedades de la piel: conclusiones
La suplementación con zinc oral puede tener un efecto antiinflamatorio e inmunomodulador teóricamente capaz de mejorar algunas enfermedades de la piel.
A pesar de todo, aún cuando some estudios in acné o hidradenitis supurativa los resultados pudieron ser prometedores, la evidencia para su uso en dermatología es poca y contradictoria.
Referencias
1. Roohani N, Hurrell R, Kelishadi R, Schulin R. El zinc y su relevancia para la salud humana: una revisión integradora. J Res Med Sci 2013; 18: 144-157.
2. Dhaliwal S, Nguyen M, Notay M, et al. Efectos de la suplementación con zinc en las enfermedades inflamatorias de la piel: una revisión sistemática de la evidencia clínica. Am J Dermatología clínica 2019 [Epub ahead of print]
3. Mahmoodi H, Ghodsi SZ, Tavakolpour S. Crioterapia más sulfato de zinc oral versus crioterapia más placebo para tratar las verrugas comunes: un ensayo doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo. Int J Dermatol para mujer 2017: 20: 87-90.
4. Gray NA, Dhana A, Stein DJ, Khumalo NP. Zinc y dermatitis atópica: revisión sistemática y metaanálisis. J Eur Acad Dermatol 2019; 33: 1042-1050.
5. Dreno B, Khammari A, Brocard A y col. Hidradenitis supurativa: el papel de la inmunidad innata cutánea deficiente. Arch Dermatol 2012; 148: 182-186.
6. Hendricks A, Hirt P, Sekhon S, et al. Enfoques no farmacológicos para la hidradenitis supurativa: una revisión sistemática. Tratamiento J Dermatol 2019; 4: 1-8.
7. Voorhees J, Chakrabarti S, Botero F, et al. Terapia con zinc y distribución de la psoriasis. Arch Dermatol 1969; 100: 669-673.
8. Bamford JT, Gessert CT, Haller IV y col. Ensayo aleatorizado, doble ciego de 220 mg de sulfato de zinc dos veces al día para el tratamiento de la rosácea. Int J Dermatol 2012; 51: 459-462.